lunes, 15 de abril de 1996

Situación actual de la infraestructura vial en Colombia

Hay un gran problema por la falta de estudios adecuados.  Las vías se construyen sin que existan estudios serios que respalden los documentos de la licitación.

La semana pasada FONADE realizó un seminario en la Biblioteca Luis Ángel Arango sobre el tema del titulo de esta columna.  En el seminario se presentaron los principales resultados obtenidos en las investigaciones contratadas por el FONADE en años recientes.  Lamentablemente, la calidad de las presentaciones no resultó muy homogénea y algunas de ellas dejaron muy descontentos a los invitados pues su aporte al conocimiento del sector resultó minúsculo, además, las soluciones propuestas revelaban un total desconocimiento de la realidad nacional.

Como dato curioso, se puede decir que la mitad de las conferencias estuvieron a cargo de tres economistas y las otras tres a cargo de ingenieros uno de ellos, el director del a veces cuestionado Instituto Nacional de Vías.  Juzgando por la intensidad de los comentarios de los asistentes, el gremio de los economistas causó un mayor impacto mostrando, en algunas ocasiones, un mejor entendimiento de la problemática del sector.

Al final de la reunión todo el mundo quedó de acuerdo, en algo que muchos sabíamos desde hace mucho tiempo.  Hay un gran problema por la falta de estudios adecuados.  Las vías se construyen sin que existan estudios serios que respalden los documentos de la licitación.  Los estimativos de las cantidades de obra están muy lejanos de los que finalmente terminan ejecutándose.  En promedio, los estimativos iniciales terminan siendo una tercera parte de los costos finales del proyecto, lo cual tiene obvios impactos negativos en la ejecución misma del proyecto.

Por una parte, con unos estimativos de costos tan alejados de la realidad es casi imposible realizar una adecuada planeación. presupuestal.  Los contratos se quedan sin fondos durante su ejecución y debido a la misma mecánica de adiciones presupuestales puede ocurrir que se trabaje menos de la mitad del tiempo.

A nadie escapa que un proceso de planeación en el que se aprueban proyectos con costos estimados muy por debajo de los ejecutados es totalmente inadecuado.  Las rentabilidades reales de los proyectos resultan muy inferiores a las rentabilidades que sirvieron de base para la aprobación del proyecto.  Puede resultar que muchos proyectos viales se conviertan en elefantes blancos como el Metro de Medellín cuyos costos se subestimaron tremendamente y cuyos beneficios se sobrestimaron en más de diez veces.

Más aún, si se tiene en cuenta que los estudios iniciales sirven como elemento en la adjudicación de los contratos de construcción puede llegar a ocurrir que el proponente seleccionado como el mejor para hacer la obra planeada no fuera el mejor para llevar a cabo la obra actualmente realizada.  El proceso actual en el que se toma la decisión de acuerdo con estimativos que son la tercera parte del costo final es similar a uno en el que un profesor escoja el mejor estudiante en un examen de tres preguntas únicamente con base en la calificación de la primera pregunta.

Con el fin de mejorar el proceso de planeación, el Instituto Nacional de Vías ha aumentado considerablemente el ritmo de ejecución de los estudios.  Indudablemente, esta es una medida adecuada que va en la dirección correcta.  Sin embargo, teniendo en cuenta la poca precisión de los estudios existentes seria muy recomendable que se hiciera una evaluación de las causas por las cuales los estudios anteriores eran inadecuados.  Si no mejoramos la calidad de los estudios el aumento en la cantidad de ellos puede ser contraproducente pues, en el corto plazo, puede ocurrir que no existan las firmas con suficiente experiencia para hacerlo.  La sequía de estudios de carreteras ha tenido como consecuencia que las firmas muy grandes y de mayor experiencia hayan dedicado sus esfuerzos a otros temas en el que la demanda ha sido mayor.  Lamentablemente, son muy pocos los ingenieros que hayan encontrado atractivo dedicarse al ramo del transporte y los pocos que han tenido educación avanzada en los Estados Unidos han tenido que abandonar el campo del transporte por la falta de demanda para sus servicios.



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