El Doctor López Michelsen y el editorialista del matutino bogotano han destacado la importancia de dar una mejor organización a las fuerzas militares.
El servicio
militar es inconveniente e innecesario. Así comenzó Milton Friedman su columna
en Newsweek el 19 de diciembre de 1966. Hoy 23 años después el Ex-Presidente Alfonso López
Michelsen y el diario El Tiempo en sus editoriales y en su columna Contraescape
reviven el debate sobre la forma en que se debe organizar el ejercito. Aun
cuando no es la primera vez ni probablemente será la última en que coinciden los exponentes del liberalismo económico y los del partido liberal colombiano es interesante destacar
que hay temas importantes en donde pueden lograrse consensos entre tendencias
políticas muy diversas.
El Doctor López Michelsen y el editorialista del matutino bogotano han
destacado la importancia de dar una mejor organización a las
fuerzas militares. Juzgan que se precisa de un gran administrador que pueda
manejar eficientemente los recursos del Ministerio de Defensa colombiano.
Aunque no lo dicen expresamente están abogando
por que en el próximo gobierno se nombre un
Ministro de Defensa civil. Teniendo en cuenta la influencia que tienen el
ilustre Ex Presidente liberal en el candidato de su partido y los nexos que han
existido entre el doctor Gaviria y su antigua casa editorial es muy probable
que en caso de ganar el partido liberal coloque un civil en el Mercedes del
Ministerio de Defensa.
Como parte
del nuevo manejo gerencial del Ministerio de Defensa se prevé un fortalecimiento de los cuerpos especiales del ejército. El éxito del nuevo cuerpo especial en
Córdoba es sin lugar a dudas un buen ejemplo de la importancia de
enfrentar profesionales a la guerrilla. La profesionalización de las fuerzas armadas implicará entonces
tarde o temprano la abolición del servicio militar.
Los
argumentos utilizados por Friedman en su columna del semanario americano para
proponer la eliminación del servicio militar
obligatorio en los Estados Unidos obviamente son muy diferentes. Para Friedman,
el proceso de seleccionar una pequeña minoría de jóvenes utilizado era inequitativo,
ineficiente e inconsistente con una sociedad libre. Evidentemente al
seleccionar arbitrariamente a una minoría para
servir en el ejército se cometen injusticias entre los afortunados que no son
seleccionados y aquellos que sí lo son. La injusticia es mayor
cuando a los seleccionados se les pagan salarios por debajo del nivel del
mercado. De hecho se está cobrando un impuesto que podríamos llamar "en especie" a un grupo de nuestra sociedad.
Para poder hacer cumplir la obligación del
servicio militar es necesario fijar restricciones a los jóvenes que no tengan su situación militar
definida. Estos no pueden aceptar empleos, ni pueden viajar libremente al
extranjero mientras no definan su situación militar.
Para un libertario como Friedman estas restricciones son inconsistentes con una
sociedad libre.
Friedman en
su artículo no solo da argumentos para acabar con el servicio militar
obligatorio sino que contesta las principales objeciones en contra de su
propuesta de un ejército de voluntarios. Según Friedman, el argumento de que el costo del ejército voluntario es muy alto no es muy válido cuando
se analiza el costo real para la sociedad de un ejército de
conscriptos. Como bien lo afirma Friedman, el costo del servicio militar está siendo pagado por los reclutas pues están recibiendo
un salario menor que el que podrían ganar en
el mercado. Este costo no aparece en los presupuestos del Ministerio de Defensa
pero es indudablemente un costo para la sociedad. En caso en que se tenga un ejército de voluntarios el costo será menor pues
los que se vinculen libremente a las Fuerzas Armadas lo harían por que les gusta y por lo tanto estarían dispuestos a recibir un salario un poco menor al que obtendrían en otra ocupación. Más aún, el costo de mantener un ejército
voluntario se reduciría considerablemente pues no tendría que dedicarse tanto tiempo al entrenamiento de los soldados pues
su período de servicio sería más largo.
Lástima que los acontecimientos luctuosos recientes y nuestros antecedentes
santenderistas que nos han concentrado en el tema de la asamblea constituyente,
hoy constitucional, no hayan permitido debatir temas tan importantes para la
sociedad como el del servicio militar obligatorio.
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