lunes, 1 de diciembre de 2014

Lecciones de la enfermedad colombo holandesa

El alto precio de los productos básicos originado en buena parte del elevado crecimiento de la economía china ha llevado a un crecimiento económico acelerado en los países productores de esos productos básicos. Este impulso ha sido más fuerte en los países exportadores de petróleo, carbón y otros energéticos.

El crecimiento basado en los recursos naturales ha venido acompañado de una revaluación de la tasa de cambio real lo que ha llevado a que la industria y otras actividades orientadas al comercio exterior hubieran perdido dinamismo. Este debilitamiento de los sectores no basados en los recursos naturales se conoce como el nombre de la enfermedad holandesa.





Debe anotarse que si un país ha adoptado las medidas correctas los efectos negativos de las bonanzas de los productos básicos no tiene que tener efectos perversos en la economía del país. Por el contrario, una bonanza bien manejada debería tener un efecto positivo sobre el país pues los recursos adicionales asociados a la bonanza pueden permitir la aceleración del crecimiento económico.

Armando Montenegro, entre otros, ha puesto de presente que dos países con ideologías similares como el Ecuador y Venezuela han tenido desempeños diferentes en parte por la manera como han manejado la bonanza petrolera. Mientras que en el Ecuador la bonanza se ha utilizado para invertir en infraestructura y otras inversiones que apoyan el crecimiento económico, en Venezuela se ha despilfarrado y ha llevado a la desaparición de las actividades orientadas al comercio exterior.

Así como la subida de los precios del petróleo originó el inicio de la enfermedad holandesa la caída de su precio debe ser el inició de una solución a los problemas causados por el mal manejo económico de la bonanza de los productos básicos.

Con el fin de entender lo que ha comenzado a suceder con la baja en los precios del petróleo a continuación se indicarán algunas de las consecuencias de este fenómeno. Lo primero que se observa es que el tamaño económico del sector disminuye. Para un nivel dado de producción los ingresos bajan en la misma proporción en que se reduce el precio del petróleo. Al bajar el ingreso de las petroleras, el valor económico de las empresas petroleras desciende y por lo tanto los accionistas de las compañías tienen una pérdida de su capital.

Al verse reducido los ingresos de las compañías petroleras los gobiernos ven reducidos su ingresos fiscales y este efecto es más grande en la medida en la que la base tributaria petrolera tenga una mayor importancia en la tributación del país.

El efecto de corto plazo en el que la cantidad de petróleo no cambia se torna mayor a medida que pasa el tiempo pues en Colombia y en los países en la que la decisión de la cantidad producida es determinada por el mercado entre menor sea el precio menor será el nivel de producción pues con un menor precio muchos de los campos de altos costos de explotación dejan de ser operados lo que lleva a una reducción de la producción. Más aún con menores precios del petróleo los incentivos a explorar se reducen y por lo tanto en el futuro la producción se reducirán por efecto de la disminución de la exploración.

Hasta ahora el análisis se ha concentrado en los efectos microeconómicos de la caída del precio del petróleo. Sin embargo, también existen consecuencias en el campo macroeconómico. Dos efectos son importantes. El primero en lo que se refiere al precio del dólar y el segundo es la consecuencia en la tasa de interés en Colombia.
El precio del dólar está determinado por la oferta y demanda de divisas. La baja del precio de uno de los productos exportados lleva a una disminución en los reintegros de las exportaciones de ese producto lo que hace que haya menos divisas en el mercado y por lo tanto a un aumento en su precio. 

En el caso colombiano, donde opera un mercado con tasa de cambio flexible esto se refleja en una depreciación[1] del peso frente al dólar. Por tanto, el incremento del precio del dólar observado recientemente no debería extrañarnos si se tiene en cuenta la importante participación de las exportaciones de petróleo y carbón en las exportaciones colombianas.

Lo que puede sorprender a muchos es que la baja en los precios del petróleo pueda tener efectos en las tasas de interés. La explicación tiene que ver con la manera como están relacionadas las tasas de interés de Colombia con la de los Estados Unidos. En un mercado globalizado la tasa de interés de Colombia tiene que ver con la tasa de interés vigente en los Estados Unidos.

Un inversionista de corto plazo que esté pensando colocar un excedente de liquidez debe comparar lo que recibe en Colombia y compararlo con lo que recibe en Estados Unidos. Para dejar sus ahorros en Colombia el retorno debe ser mayor que el que obtiene en los Estados Unidos.

Supongamos que en Estados Unidos puede recibir un retorno de 3 por ciento anual en dólares y que las expectativas del incremento del precio del dólar (depreciación del dólar) es de 5 por ciento por año. Si decide invertir cien dólares en los Estados Unidos al final del período tendrá un capital de 103 dólares que al convertirlos a pesos le representaría un retorno de 8%, 3% del interés en dólares y 5 % por el aumento del precio del dólar. Para que su decisión fuera invertir en Colombia necesitaría que su rentabilidad en pesos fuera superior al 8%.    

El ejemplo anterior muestra que la caída de los precios del petróleo tendrá importantes efectos macroeconómicos en primer lugar un aumento en la depreciación del peso y en segundo lugar un aumento en las tasas de interés de corto plazo. Estos dos efectos van a tener un efecto negativo considerable en el crecimiento económico colombiano y va a poner de presente que cuando no se toman las precauciones necesarias la  erradicación de la enfermedad holandesa puede ser muy costosa. Noruega, uno de los países garantes del proceso de paz, nos ha mostrado que el ahorro de los recursos provenientes de las bonanzas es una manera idónea para lograr un ajuste sin grandes costos para la sociedad. El caso colombiano está mostrando que abusar del consumo de mermelada cuando uno tiene  la enfermedad holandesa puede ser fatal.

Entradas relacionadas
¿Que aprendimos en el seminario?
Recordemos a Modigliani y a Friedman


[1] Este es el término correcto cuando se trata de un régimen de tasa de cambios flotante. La mayoría de las personas utilizan el término devaluación que es el adecuado en régimen de tasa de cambios fijos tal como el que imperó en Colombia por mucho tiempo. Cuando el café era el producto de exportación más representativo las reducciones de los precios del café 

1 comentario:

  1. Don Älvaro: Excelente lección de economía que los legos debemos saber bien, antes de tomar decisiones... tengo leerla y releerla... Mil gracias---

    ResponderEliminar