El alto precio de los productos
básicos originado en buena parte del elevado crecimiento de la economía china
ha llevado a un crecimiento económico acelerado en los países productores de
esos productos básicos. Este impulso ha sido más fuerte en los países
exportadores de petróleo, carbón y otros energéticos.
El crecimiento basado en los
recursos naturales ha venido acompañado de una revaluación de la tasa de cambio
real lo que ha llevado a que la industria y otras actividades orientadas al
comercio exterior hubieran perdido dinamismo. Este debilitamiento de los
sectores no basados en los recursos naturales se conoce como el nombre de la
enfermedad holandesa.
Debe anotarse que si un país ha
adoptado las medidas correctas los efectos negativos de las bonanzas de los
productos básicos no tiene que tener efectos perversos en la economía del país.
Por el contrario, una bonanza bien manejada debería tener un efecto positivo
sobre el país pues los recursos adicionales asociados a la bonanza pueden
permitir la aceleración del crecimiento económico.
Armando Montenegro, entre otros,
ha puesto de presente que dos países con ideologías similares como el Ecuador y
Venezuela han tenido desempeños diferentes en parte por la manera como han
manejado la bonanza petrolera. Mientras que en el Ecuador la bonanza se ha
utilizado para invertir en infraestructura y otras inversiones que apoyan el
crecimiento económico, en Venezuela se ha despilfarrado y ha llevado a la
desaparición de las actividades orientadas al comercio exterior.
Así como la subida de los precios
del petróleo originó el inicio de la enfermedad holandesa la caída de su precio
debe ser el inició de una solución a los problemas causados por el mal manejo
económico de la bonanza de los productos básicos.
Con el fin de entender lo que ha
comenzado a suceder con la baja en los precios del petróleo a continuación se
indicarán algunas de las consecuencias de este fenómeno. Lo primero que se
observa es que el tamaño económico del sector disminuye. Para un nivel dado de
producción los ingresos bajan en la misma proporción en que se reduce el precio
del petróleo. Al bajar el ingreso de las petroleras, el valor económico de las
empresas petroleras desciende y por lo tanto los accionistas de las compañías
tienen una pérdida de su capital.
Al verse reducido los ingresos de
las compañías petroleras los gobiernos ven reducidos su ingresos fiscales y
este efecto es más grande en la medida en la que la base tributaria petrolera
tenga una mayor importancia en la tributación del país.
El efecto de corto plazo en el
que la cantidad de petróleo no cambia se torna mayor a medida que pasa el
tiempo pues en Colombia y en los países en la que la decisión de la cantidad
producida es determinada por el mercado entre menor sea el precio menor será el
nivel de producción pues con un menor precio muchos de los campos de altos
costos de explotación dejan de ser operados lo que lleva a una reducción de la
producción. Más aún con menores precios del petróleo los incentivos a explorar se
reducen y por lo tanto en el futuro la producción se reducirán por efecto de la
disminución de la exploración.
Hasta ahora el análisis se ha
concentrado en los efectos microeconómicos de la caída del precio del petróleo.
Sin embargo, también existen consecuencias en el campo macroeconómico. Dos
efectos son importantes. El primero en lo que se refiere al precio del dólar y
el segundo es la consecuencia en la tasa de interés en Colombia.
El precio del dólar está determinado
por la oferta y demanda de divisas. La baja del precio de uno de los productos
exportados lleva a una disminución en los reintegros de las exportaciones de
ese producto lo que hace que haya menos divisas en el mercado y por lo tanto a
un aumento en su precio.
En el caso colombiano, donde opera un mercado con tasa
de cambio flexible esto se refleja en una depreciación[1]
del peso frente al dólar. Por tanto, el incremento del precio del dólar
observado recientemente no debería extrañarnos si se tiene en cuenta la
importante participación de las exportaciones de petróleo y carbón en las
exportaciones colombianas.
Lo que puede sorprender a muchos
es que la baja en los precios del petróleo pueda tener efectos en las tasas de
interés. La explicación tiene que ver con la manera como están relacionadas las
tasas de interés de Colombia con la de los Estados Unidos. En un mercado
globalizado la tasa de interés de Colombia tiene que ver con la tasa de interés
vigente en los Estados Unidos.
Un inversionista de corto plazo
que esté pensando colocar un excedente de liquidez debe comparar lo que recibe
en Colombia y compararlo con lo que recibe en Estados Unidos. Para dejar sus
ahorros en Colombia el retorno debe ser mayor que el que obtiene en los Estados
Unidos.
Supongamos que en Estados Unidos
puede recibir un retorno de 3 por ciento anual en dólares y que las
expectativas del incremento del precio del dólar (depreciación del dólar) es de
5 por ciento por año. Si decide invertir cien dólares en los Estados Unidos al final
del período tendrá un capital de 103 dólares que al convertirlos a pesos le
representaría un retorno de 8%, 3% del interés en dólares y 5 % por el aumento
del precio del dólar. Para que su decisión fuera invertir en Colombia
necesitaría que su rentabilidad en pesos fuera superior al 8%.
El ejemplo anterior muestra que
la caída de los precios del petróleo tendrá importantes efectos macroeconómicos
en primer lugar un aumento en la depreciación del peso y en segundo lugar un
aumento en las tasas de interés de corto plazo. Estos dos efectos van a tener
un efecto negativo considerable en el crecimiento económico colombiano y va a
poner de presente que cuando no se toman las precauciones necesarias la erradicación de la enfermedad holandesa puede
ser muy costosa. Noruega, uno de los países garantes del proceso de paz, nos ha
mostrado que el ahorro de los recursos provenientes de las bonanzas es una
manera idónea para lograr un ajuste sin grandes costos para la sociedad. El
caso colombiano está mostrando que abusar del consumo de mermelada cuando uno
tiene la enfermedad holandesa puede ser
fatal.
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[1]
Este es el término correcto cuando se trata de un régimen de tasa de cambios
flotante. La mayoría de las personas utilizan el término devaluación que es el
adecuado en régimen de tasa de cambios fijos tal como el que imperó en Colombia
por mucho tiempo. Cuando el café era el producto de exportación más
representativo las reducciones de los precios del café
Don Älvaro: Excelente lección de economía que los legos debemos saber bien, antes de tomar decisiones... tengo leerla y releerla... Mil gracias---
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