lunes, 29 de febrero de 2016

Los Presidentes NO renuncian piden renuncias

No es una buena época para los líderes presidenciales latinoamericanos. Evo Morales acaba de perder el 21 de febrero un referendo en el que se le preguntó a los bolivianos si aprobaban una nueva reelección de su presidente. El 6 de diciembre de 2015, la oposición venezolana propinó una fuerte derrota al oficialismo en Venezuela. El 22 de noviembre de 2015, Mauricio Macri derrotó a Daniel Scioli candidato oficialista en Argentina.

Los gobiernos en Sur América tienen unas tasas de aprobación muy bajas. Presidentes de varios países tienen unos niveles de favorabilidad históricamente muy bajos. Según la última encuesta de popularidad Dilma Roussef tiene una aprobación de tan solo 11% en Brasil, Michelle Bachelet no sale mejor librada; tiene una aprobación de 24 % en Chile.

Está crisis de gobernabilidad no es ajena a Colombia, infortunadamente no somos una excepción. Según el Yanhaas Poll de febrero 12 de 2016 nuestro presidente Juan Manuel Santos tiene una aprobación de tan solo 16%, con una marcada tendencia a la baja, pues en la anterior encuesta tenía 21%.




Es importante resaltar que en el ejercicio de Yanhass de principios de febrero, no habían estallado el escándalo de la Comunidad del Anillo, los escandalosos sobrecostos de REFICAR, la agudización de la crisis alimentaria en La Guajira, la severidad del Fenónemo de El Niño que tiene al país en cuenta regresiva a un apagón eléctrico y mucho menos el Conejo que las FARC le puso al gobierno en su proselitismo armado irónicamente en la península de La Guajira en un municipio limítrofe con Venezuela el 19 de febrero de 2016.

Pareciera que es un momento apropiado para que los expertos en liderazgo se echaran una pasadita por Latinoamérica para que les ofrecieran algunos consejos a nuestros líderes pues el alumno más aventajado que era Evo Morales perdió un referendo después de 10 años en el poder.

Pensando en este tema de liderazgo me acordé de la última contienda presidencial de Colombia en 2014. Para el debate final una semanas antes de la primera vuelta de las elecciones en Colombia, el 23 de mayo de 2014, el Director de noticias del canal Caracol consiguió el apoyo de un profesor de la escuela de gobierno de la Universidad de Harvard y del Director de la escuela de gobierno de la Universidad de los Andes para formular las preguntas del segmento sobre liderazgo. Marty Linsky, profesor de la Universidad de Harvard quien es uno de las académicos que más ha trabajado el tema del liderazgo, formuló una sencilla pregunta a los candidatos.

Esta fue: ¿Qué lo haría renunciar a la Presidencia? Como se puede apreciar en el video del debate Juan Manuel Santos respondió: “Los Presidentes no renuncian piden renuncias”.


Aunque en su momento no pude entender si la respuesta era correcta con el paso del tiempo se me ha venido aclarando el sentido de la respuesta del Candidato presidente.

Pienso que lo que dijo el candidato Santos podría ser un buen mensaje si uno aclara que el pedir renuncias es sinónimo de cero tolerancia con comportamientos indelicados o con decisiones equivocadas tomadas por sus inmediatos colaboradores que deben asumir su responsabilidad política.

La baja aprobación hoy en día del presidente Juan Manuel Santos, que resaltamos anteriormente, puede deberse tal vez a que no ha sido consecuente con lo que dijo en plena campaña presidencial: No ha pedido renuncias. No es propio ni lógico de un verdadero líder mantener en sus puestos a ministros y altos funcionarios que han mostrado un mal manejo del despacho a su cargo. Por ejemplo en nuestra entrada anterior tratamos un tema sencillo del Ministerio de Transporte, el de la actualización de la tabla de avalúos vehiculares.

Las consecuencias del mal manejo de este tema han sido gravísimas; hasta tal punto que actualmente hay una parálisis en la venta de vehículos y un severo impacto en los recaudos de impuestos departamentales. Más aún, hay serios cuestionamientos sobre el proceso de selección del contratista que ejecutó este proyecto, DATASOFT, que puede tener serias implicaciones de carácter disciplinario, de detrimento patrimonial y de carácter penal.  

Otro tema es el del manejo del sector eléctrico; durante los últimos seis años no se ha impedido que hoy nos encontremos al borde de un apagón. El país no puede entender cómo puede ser posible que el público se queje de que el cargo de confiabilidad que se ha pagado ha sido muy alto cuando los empresarios se están quejando de que por el contrario las reglas de juego los están llevando a la quiebra.

Si mantener a los colaboradores que no han dado la talla no es propio de un líder, mucho menos es premiar a los que les va mal con enroques o con ascensos que llevan a pensar que los Ministros y cercanos colaboradores de Santos son capaces de desafiar la Ley de la Gravedad.

Federico Rengifo tuvo una deslucida actuación cuando fue Ministro del Interior. No brillo cuando fue trasladado al Ministerio de Minas y Energía y al final fue premiado con la embajada de Francia en la cual se desempeña actualmente.

Por todo lo anterior puede concluirse que esta interpretación de la respuesta del presidente “Los Presidentes NO renuncian, piden renuncias”, no es la de cero tolerancia con la mediocridad sino que tiene que haber otra interpretación que esté más de acuerdo con lo que ha hecho el Presidente Santos durante su segundo mandato.

Probablemente, para entender la visión del liderazgo de Juan Manuel Santos es conveniente considerar primero la parte en que dice: “Los Presidentes NO renuncian”.

Al decir esto el candidato presidente da a entender que no está de acuerdo con Alfonso López Pumarejo quien en agosto de 1945 renunció a su segundo mandato[1]. En este segundo período López Pumarejo no pudo continuar con el camino reformador de su Revolución en Marcha por la fuerte oposición de Laureano Gómez y el Partido Conservador, por la poca solidaridad de su propio partido (el Liberal) y por la enfermedad de su esposa, doña María Michelsen de López.

En mi opinión, el caso de López Pumarejo es la ilustración perfecta de la manera como un líder actúa cuando ve que su permanencia en el poder está causando demasiados problemas a su país. Si uno no tiene el respaldo de su partido y si la oposición está atacando de manera feroz al gobernante de turno por la actuación de algunos de sus familiares y si además alguien de la familia tiene graves problemas de salud, lo mejor es dar un paso al costado.

El caso de López Pumarejo tiene otra característica importante. Un verdadero líder debe lograr una transición de poder sin traumatismos. Hay que asegurarse de que el que lo va a reemplazar es alguien que pueda manejar la transición. López no renunció hasta que logró que se nombrara designado a Alberto Lleras Camargo.

Cuando un candidato dice “Los Presidentes NO renuncian” descarta una opción importante y es la de amenazar con la renuncia para lograr atraer un mayor respaldo a sus políticas. En 1968, Carlos Lleras Restrepo amenazó a los parlamentarios colombianos con renunciar si su propuesta de reforma constitucional no era aprobada. El Congreso, afortunadamente, aprobó la reforma solicitada.

De lo anterior se puede concluir que afirmar categóricamente que “Los Presidentes NO renuncian” no es la mejor estrategia. Pero más aún la frase del Presidente en el debate presidencial “Los Presidentes NO renuncian, piden renuncias” envió un mal mensaje a todos los colombianos. La razón es muy sencilla. Esta frase la pronunció el presidente Alfonso López Michelsen en 1977 a raíz de un incidente que ha pasado a la historia del periodismo colombiano como una tremenda equivocación.

Según Daniel Samper Pizano en El día que rompieron Klim y EL TIEMPO, López Michelsen solicitó a las directivas de El Tiempo a fines de marzo de 1977 que redujeran las críticas a su gobierno y en especial las de Lucas Caballero Klim o si no seguiría el camino de su padre y renunciaría a la Presidencia. La solicitud de reducir las críticas al gobierno de López Michelsen hecha por Hernando Santos Castillo, el tío de Juan Manuel Santos, al periodista Caballero Klim llevó a la renuncia del columnista el 31 de marzo de 1977.

 En su artículo Samper Pizano resumen lo que estaba pasando hace casi 40 años: “La renuncia de su principal comentarista golpeó duramente la credibilidad de EL TIEMPO. No habían pasado muchos días, cuando un periodista preguntó a López si había pensado en renunciar, como se rumoraba. “No es cierto –respondió López–. El Presidente no renuncia: el Presidente pide renuncias”.

Según Daniel Samper Pizano “El 20 de julio de 2006, EL TIEMPO hizo un mea culpa sobre el caso de Caballero Klim. Un editorial saldó finalmente la vieja cuenta. Allí decía lo siguiente: “La pérdida de su columnista estrella le enseñó a este diario que los periodistas no deben dejarse llevar a la condición de cogobernantes. Pueden ser interlocutores del poder, pero no les corresponde solucionar situaciones que escapan a su órbita o que los obligarían a actuar contra los principios de independencia de la prensa, que son pilar de la democracia. EL TIEMPO pagó con su credibilidad tan equívoca decisión y hasta hoy sigue lamentando la ausencia de Klim de sus páginas editoriales”.”

Por el relato de Daniel Samper Pizano podemos concluir que tanto de la situación de 1977 como la de 2016 lo que se puede interpretar de la famosa frase de Juan Manuel Santos del debate del 23 de mayo de 2014 es: “Los Presidentes NO renuncian, piden renuncias … de periodistas.”



[1] Puede verse el artículo CLAVE 1945 RENUNCIA LÓPEZ, SUBE LLERAS publicado en El Tiempo del 6 de febrero de 1992 se puede consultar en http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-29286  

3 comentarios:

  1. Don Álvaro: excelente su blog, como siempre. Desde los escritos de santo Tomás y tal vez san Agustín, en sus excelentes obras literarias consignan el derecho de los pueblos oprimidos a protestar o a "revocar" su autoridad sinembargo pasaron siglos hasta que el pueblo francés acudió a todos sus medios para recuperar su autonomía (yo no apruebo "acudir a todos los medios"--pues es la barbarie, o "la ley de la selva"...). nuestra Constitución tiene un mecanismo refrendatario para solicitar la revocatoria de un alcalde, como el caso fallido de G. Petro pero, ¿se puede aplicar aun presidente o a un ministro???---Mil gracias--

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  2. Excelente análisis, y la argumentación es contundente!! Pareciera que la paradoja sería "si un presidente no pide renuncias cuando debe hacerlo, debiera él renunciar". Aunque lejos de mi país, y desconociendo muchos detalles de la situación, me inquietan los problemas que éste afronta.

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