Un gran reto para los profesores de los cursos
introductorios de economía es convencer a los estudiantes de la importancia y
relevancia de esta materia. Una buena manera de transmitir los conocimientos
básicos es apelar al uso de parábolas, es decir a una "Narración de un
suceso fingido de que se deduce, por comparación o semejanza, una verdad
importante o una enseñanza moral.”[1]
Por ejemplo, en mi época de profesor universitario,
para presentar conceptos importantes como el de la Frontera de Posibilidades de
Producción, utilizábamos la parábola de los cañones y la mantequilla. En esta
parábola, se expone la situación de un país que puede producir dos bienes. Uno que se utiliza para la defensa nacional;
por facilidad se denomina cañón. El otro representa los bienes de consumo
privado y se denomina mantequilla.
La elección entre estos dos bienes no puede ser arbitraria
sino que debe tener en cuenta el principio básico de la economía: los recursos
son escasos. Por lo tanto, para poder producir más cañones es necesario
dejar de producir mantequilla.
La ventaja de utilizar la parábola de los cañones y
la mantequilla es que se puede ilustrar, por medio de un gráfico sencillo, el
dilema al cual se enfrenta una sociedad. Como se puede observar en la siguiente
figura, en el eje horizontal se representa la cantidad de mantequilla producida
y en el eje vertical se presenta el número de cañones producidos.
Según el profesor Samuelson, creador de esta
parábola, la sociedad se enfrenta a una Frontera de Posibilidades de Producción
(FPP) que corresponde a las cantidades máximas que puede obtener una economía,
dados sus conocimientos tecnológicos y la cantidad de insumos disponibles. En la
gráfica anterior esta frontera de posibilidades de producción se representa por
la curva roja.
Al introducir el concepto de la FPP, la elección
racional se circunscribe a puntos sobre esta curva de color rojo. Los puntos al
noreste de esta curva no son factibles y los puntos al suroeste de la curva son
ineficientes pues no se están utilizando eficientemente los recursos o la
tecnología.
La amenaza de la seguridad nacional de Colombia que
hemos enfrentado durante nuestra historia reciente, se puede explicar más
fácilmente desde el punto de vista económico utilizando el gráfico anterior.
Durante el período de la Seguridad Democrática donde el país hizo unos
esfuerzos importantes para restablecer el orden público aumentando el
presupuesto en Defensa; puede entenderse como un movimiento de la economía del
punto E al punto D del gráfico de la FPP. Una situación en la que se aumenta la
producción de cañones reduciendo la producción de mantequilla.
Para lograr financiar la producción de más cañones
y al mismo tiempo reducir el consumo de mantequilla, al inicio de la Seguridad
Democrática se elevaron los impuestos, introduciendo el impuesto a la riqueza y el aumento de otros
impuestos.
El mismo diagrama de la FPP nos permite entender mejor
qué se puede esperar en el tan “anhelado” posconflicto. Cuando el país esté en
condición para dejar de producir cañones será posible aumentar la producción de
mantequilla. Gráficamente este cambio se representaría como un paso del punto D
al Punto F en el que la economía solo produciría mantequilla.
Como el Gobierno en el posconflicto ya no
necesitaría los cañones, desde la lógica económica implicaría una reducción en
los impuestos por lo que el sector privado aumentaría el consumo de
mantequilla.
En este sencillo gráfico y su
tabla correspondiente podemos estimar cuál sería el dividendo de la paz, medido
como el aumento en el consumo de mantequilla. En la situación actual (punto D) se están
produciendo 9 mil cañones y 3 millones de kilos de mantequilla. En el
posconflicto se producirán 0 cañones y 5 millones de kilos de
mantequilla. Por tanto el dividendo de la paz medido en términos de kilos de mantequilla sería de 2 millones.
Sin embargo, cada vez es más
claro que para Colombia aún en el caso de la firma de un acuerdo de paz será
necesario producir algunos cañones y por lo tanto el dividendo de la paz va ser
mucho menor pues la economía estaría ubicada en un punto de la FPP al noroeste
del punto F.
En la primera entrada del Blog
que se título “Santos
II, cuatro años tres palabras” se presentaron algunos argumentos en contra
de la cuantificación del dividendo de la paz, en especial las cifras citadas
por Ana María Ibáñez en www.focoeconomico.org.
En estos 22 meses han surgido varias críticas al trabajo citado por la Decana
de Economía de la Universidad de los Andes. La crítica principal es que en el
posconflicto colombiano NO va a
haber beneficios económicos sino que más bien se van a requerir mayores
sacrificios del sector privado reflejados en un incremento considerable en los
impuestos dando lugar a la paradoja de un país que para llegar a la paz tiene
que aumentar sus impuestos para financiar este posconflicto cuando lo que
acontece normalmente, es que cuando se gana una guerra los impuestos se
disminuyen.
La única forma de darle una solución
a esta paradoja es que sin darnos cuenta Colombia perdió la guerra y que en
lugar de poder disfrutar un dividendo de la paz estaremos obligados a realizar
un aporte extraordinario al bando ganador.
Podríamos finalizar esta primera
parte del análisis de la negociación con las FARC desde el punto de vista
económico, adaptando algunas frases memorables de nuestro actual presidente a
esta paradójica situación: (1) El tal dividendo de la paz no existe. Por el
contrario, (2) Los colombianos deberemos aportar sangre, sudor y lágrimas para
obtener una ¿paz duradera?
Esta historia continuará…
Excelente pedagogía la de esta paradoja, y muy importante por el momento que se está viviendo en Colombia, frente al próximo plebiscito. Lo felicito!!
ResponderEliminarMala analogía. Las asignaciones de recursos correspondientes a las canastas producidas en la FPP son eficientes. El conflicto, y los recursos que implica tenerlo, lleva a una asignación súboptima de factores, lo que implica ubicar la economía al interior del conjunto delimitado por la FPP. Esto es posible aún con pleno empleo de los recursos, debido a la mala asignación de factores entre agentes heterogéneos (ver toda la literatura moderna de misallocation). Así las cosas, el mayor aporte de solucionar el conflicto es reducir las distorsiones micro que genera la guerra y mover la economía hacia la FPP via aumentos de la PTF. Hay trabajos interesantes sobre ese tipo de efectos de un conflicto, ver por ejemplo, Amodio y de Madio (2014), Making Do with What You Have: Confliict, Firm Performance and Input Misallocation in Palestine .
ResponderEliminarApreciado José D Muchas gracias por leer la entrada y por su valioso comentario. Aclaro que la parábola de los cañones y mantequilla la originó Paul Samuelson quien en 1947 en su libro de texto de principios de economía la presenta para ilustrar el concepto de FPP y del costo de oportunidad. Era un tema importante pues había acabado la Segunda Guerra Mundial y se pensaba en el posconflicto. Es probable que durante la segunda Guerra mundial la economía americana no estuviera en su FPP y que fuera una mala analogía. Sin embargo por mucho tiempo se utilizó este ejemplo. Hoy en día los textos de principios ilustran el concepto de la FPP con la parábola de los computadores y los carros algo más de acuerdo cno las preferencias de estas generaciones.
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