viernes, 19 de enero de 2018

Censo 2018 en Colombia: Del baúl de los recuerdos a la caja de pandora.

La primera semana laboral de 2018 fue especial para la comunidad demográfica en Colombia. En efecto, el 9 de enero el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) dio inicio al XVIII Censo de Población y VII de Vivienda. Como vimos en entradas anteriores de este Blog, el país necesita con urgencia contar con información demográfica actualizada pues el último ejercicio censal se había realizado hace 12 años y las cifras oficiales del Dane habían perdido credibilidad.

Con ocasión del comienzo del Censo versión 2018 abrí el baúl de los recuerdos para reflexionar sobre las seis ocasiones anteriores en las que había sido censado, cinco veces en Colombia y una en los Estados Unidos.



La primera vez que me censaron fue el miércoles 9 de mayo de 1951, época en la que estaba estudiando 5º de primaria en el colegio Santo Tomás de Aquino.  La segunda vez fue el miércoles 15 de julio de 1964, cuando estaba recién graduado de ingeniero civil trabajando en la firma Samel Ingenieros, en el diseño de la carretera Bogotá-Villavicencio.

Cuando el Dane realizó el XIV Censo de Población y III de Vivienda, el miércoles 24 de octubre de 1973, me encontraba en Cambridge, Massachusetts haciendo una maestría en Administración Pública en la Escuela John F. Kennedy de la Universidad de Harvard con una beca del Centro de Estudios de Población de esa universidad y en comisión de estudios del Dane y por esta razón no participé en este ejercicio censal. De haber estado en Colombia hubiera aparecido como una persona casada sin hijos.

Me acuerdo de haber leído en el periódico El Tiempo, comprado en la tienda Out of Town en Harvard Square, que el Dane había tenido serios problemas en el operativo censal y que el procesamiento del censo había tenido dificultades pues el aire acondicionado del centro de cómputo del Dane había fallado.

Una vez concluido el programa en la Escuela de Gobierno, entré al programa de doctorado en el Departamento de Economía de la Universidad de Harvard otra vez contando con el patrocinio del Centro de Estudios de Población de esta universidad.

El 1º de julio de 1978 entré a trabajar como consultor del Banco Mundial en Washington en un estudio sobre la economía de Bogotá y Cali. Estuve trabajando en Washington durante dos años por lo que el martes 1º de abril de 1980 tuve que responder el formulario censal que había llegada a mi apartamento en Alexandria, Virginia. En ese momento ya había avanzado por el camino de la vida y nuestro hogar estaba compuesto por dos inmigrantes (mi esposa y yo) de origen hispano con tres 3 hijos nacidos en Estados Unidos.

Cinco años después de mi regreso a Colombia, el martes 15 de octubre de 1985 fui empadronado en la vivienda en que resido actualmente y en ese momento del tiempo mi hogar contaba ya con seis personas: un bogotano con estudios de doctorado, casado, cuya esposa había nacido en el departamento de Caldas, tres hijos nacidos en Estados Unidos y una empleada del servicio de Junín, Cundinamarca. Después de vivir 7 años en un país desarrollado, viví en carne propia lo arcaico que resultaba el método de inmovilización genera[1]l utilizado en Colombia comparado con las ventajas que tenía el método de auto enumeración utilizado en ese momento en los Estados Unidos.

El domingo 24 de octubre de 1993 permanecí inmovilizado todo el día esperando que me hicieran el XVI Censo de Población y V de Vivienda.  Según los archivos censales quedé registrado como parte de un hogar de una pareja con tres hijos y con empleada del servicio doméstico. Me acuerdo de que en esa ocasión hubo un grave problema con las citaciones y no llegaron todas las personas convocadas a realizar este censo (supervisores y encuestadores). Mi segunda hija había madrugado a trabajar en el censo pues había sido entrenada como encuestadora cuando cursaba el grado once en el colegio. Sin embargo, por el problema de las citaciones le tocó desempeñarse como supervisora. Por las fallas presentadas en la capital del país la cobertura del censo en Bogotá fue muy baja y la calidad de la información dejó mucho que desear[2].

Para el XVII Censo de Población y VI de Vivienda tuve la oportunidad de ser parte del equipo directivo del Dane desde octubre de 2004 y contribuir con mi experiencia a la actualización de la información demográfica y de vivienda del país. Este Censo, cuyo operativo en campo comenzó el domingo 22 de mayo de 2005 en 6 municipios del país, fue criticado con pocos fundamentos técnicos por parte de algunos demógrafos y académicos colombianos por haber introducido unos cambios metodológicos (no se inmovilizó a todo el país durante un día). Se buscaban mejorar tanto la cobertura del ejercicio censal como la calidad de la información recogida. Para esto se contrató un equipo de encuestadores idóneo que hacía un barrido del país por fases utilizando los más reciente avances tecnológicos para la captura y envío de la información a la sede principal del Dane en Bogotá para iniciar su procesamiento. Estas importantes innovaciones tecnológicas y metodológicas permitieron disminuir de manera drástica la omisión censal y mejoraron la calidad de la información recolectada.

Hasta aquí llegan las anécdotas e historias del baúl de los recuerdos relacionados con uno de los principales insumos que sirven para hacer los estudios de la demografía: los censos de población. Con este recuento de mi experiencia personal quise compartir con mis lectores como el camino de la vida de una persona común y corriente se traduce en información estadística que es de vital importancia para cualquier país. Al hacer un censo, cada experiencia individual comienza a formar parte de la historia demográfica del país.  Por esta razón es necesario concentrar nuestra atención y analizar la importante noticia que fue el inicio del XVIII Censo de Población y VII de Vivienda.

Para la versión del censo de 2018, el Dane decidió introducir la modalidad de auto enumeración. Es decir, el Dane brindó a los colombianos la posibilidad de diligenciar la encuesta del censo de manera voluntaria a través de Internet sin un encuestador presente. Hasta el 9 de marzo del presente año, una persona mayor de edad en cada una de las viviendas individuales del país podrá asumir la responsabilidad de reportar al Dane la información de todos los ocupantes de la vivienda. Para la segunda etapa el Dane ira puerta a puerta encuestando los hogares que no reportaron su información de manera electrónica.  

Para entender las implicaciones del cambio de la modalidad de encuesta a auto enumeración, vale la pena anotar que hace casi 58 años, desde el censo realizado el 1º de abril de 1960, los Estados Unidos adoptaron este procedimiento de auto enumeración mediante el envío por correo de un formulario de papel que debía ser llenado por los residentes de la vivienda y devuelto a la oficina central de Censos. Para los censos anteriores la Oficina de Censos enviaba encuestadores para hacer las entrevistas a los miembros del hogar.[3]

Como lo mencioné anteriormente, en 1980 cuando estaba trabajando en Washington con el Banco Mundial recibí por correo el formulario censal en mi residencia en Alexandria, Virginia para su diligenciamiento. Allí tuve mi primera experiencia de auto empadronamiento que fue poco traumática contestando un formulario[4] muy sencillo.

Teniendo en cuenta el avance tecnológico, las organizaciones censales han incentivado el uso de las tecnologías de información para realizar la auto enumeración como una forma de agilizar el trabajo de campo de un censo, así como reducir costos. Por ejemplo, Canadá introdujo el formulario electrónico en 2001 y su uso ha venido aumentando con el tiempo. En 2006 el 18,3% de las viviendas particulares hicieron uso del formulario electrónico, en 2011 el porcentaje de usuarios del formulario electrónico fue de 53,9% y en el último censo el 10 de mayo de 2016 el porcentaje llegó a 68,3%[5].

Es interesante anotar que, en 2016 en Canadá, el 79,6% de los hogares usaron un computador personal, el 12,9% usaron una tableta y el 7,5% usaron un teléfono inteligente para llenar el cuestionario del censo. Vale la pena recordar que Canada en 2016 era un país con 35.151.728 habitantes.

Considero que, si bien fue una decisión correcta por parte de las directivas del Dane de introducir la auto enumeración en el país, pues es una práctica que puede reducir el costo de la operación censal y mejorar la calidad de la información al utilizar un formulario electrónico que permite incluir una serie de controles que contribuyen a la mejora de la calidad censal, la implementación fue problemática.

Para los pioneros que entramos en modo Censo 2018 el 9 de enero, la experiencia fue muy frustrante pues el Dane no dimensionó bien la demanda de este primer día y las limitaciones del ancho de banda ofrecida por el Dane, hizo que el proceso fuera demasiado lento y tedioso[6].

Como previsión a este hecho, el Dane ofreció una opción para diligenciar esta encuesta en modo offline. Sin embargo, esta resultó peor. Cuando uno entraba a la página https://ecenso.dane.gov.co/ejecutable# y comenzaba a bajar la aplicación de 96,3 mb, el navegador me informó que faltaban 241 minutos para completar la descarga. Pasado un minuto el navegador informaba que faltaban 8 horas y a los diez minutos siguientes recibía un mensaje de que la descarga había fallado.

Para efectos prácticos, el primer día la opción fuera de línea no pudo ser utilizada y los pioneros tuvimos que llenar el formulario con la opción del eCenso en línea.
 En mi caso terminé de llenar el formulario correspondiente a mi vivienda a las 10 de la noche y me sentí muy contento cuando recibí la constancia (código de diligenciamiento 900021949) firmada por el doctor Mauricio Perfetti del Corral de que mi hogar conformado por cuatro personas se había eCensado.

Antes de irme a dormir quise ver si era posible con una menor demanda bajar la aplicación offline pues con esta aplicación podría analizar mejor el contenido del formulario, los problemas que se podrían presentar y hacer algunas comparaciones del contenido del Censo 2018 con censos anteriores. Al intentar la descarga todo funcionó bien y fue posible tener en mi computador la aplicación offline.

Al prepararme para conciliar el sueño hice un primer balance de mi experiencia con el Censo 2018 dejándome una sensación agridulce. Me sentí complacido porque el país iniciaba el proceso para actualizar la información demográfica y con lo que se esperaría contar con una base sólida para hacer proyecciones de población de buena calidad lo que beneficiaría la elaboración de políticas públicas en los planes de desarrollo nacionales y locales futuros.

Me sentí triste porque los problemas presentados desde el primer día van tener un efecto importante en la credibilidad de la institución encargada del censo y de la confiabilidad que pueda tener el público en la calidad de este instrumento. En medio de la tristeza me hice la reflexión de que al haber decidido el Dane hacer el operativo censal en un período extendido se presentaba la oportunidad de ir haciendo ajustes sobre la marcha lo que permitiría minimizar el efecto negativo de las decisiones tomadas por esta institución que afectaron negativamente el primer día del Censo.

Censo offline
En el segundo día del Censo 2018 y con el fin de analizar con más detalle el contenido del cuestionario decidí instalar la aplicación desarrollada por el Dane para realizar el eCenso fuera de línea. Me sorprendió mucho los mensajes de advertencia que me enviaba Windows 10 al intentar instalar la aplicación en mi computador. El primer mensaje de advertencia indicaba que la aplicación era hecha por un desarrollador desconocido quien carecía de una firma digital válida.

En este momento, un usuario desconfiado hubiera abandonado el intento de utilizar esta aplicación fuera de línea. Después de pensarlo un poco y pensar que el Dane no iba a divulgar un programa malicioso, me decidí a instalar la aplicación en el computador rezando para que no fuera cierto el mensaje de Windows y el mensaje de algunos antivirus que decían que el archivo bajado de internet tenía el virus Win32:Evo-gen.[7]


Cuando la ejecuté quedé totalmente frustrado pues en lugar de poder iniciar a llenar el formato del eCenso me encontré frente a la siguiente pantalla.

Después de varios intentos y al instalarlo en un portátil me di cuenta de que en la instalación indicaban como se debería ejecutar el programa. Finalmente, después de muchos intentos, pude entrar al eCenso offline.

La pantalla es muy similar a la del eCenso como se puede apreciar en la siguiente ilustración:


En efecto, la aplicación lo que hace es instalar un navegador llamado Pale Moon que permite trabajar fuera de línea la aplicación del eCenso.

Al igual que en el eCenso en línea, en la modalidad fuera de línea es necesario crear una cuenta y una contraseña para poder trabajar en etapas y poder volver a retomar la introducción de la información en cualquier momento. Después de crear una cuenta, hice un ensayo en el que exploraba diferentes opciones de respuestas y pude observar cómo cambiaba el flujo de las preguntas de acuerdo con las respuestas entradas. También pude tomar capturas de pantallas que me permitieron comparar las preguntas con las incluidas en el Censo General 2005.

Cuál no sería mi sorpresa cuando el lunes 15 de enero, 6 días de iniciar este ejercicio, al querer comprobar cuánto tiempo estaba tomando bajar la aplicación para el eCenso offline, me encontré que el Dane había deshabilitado el vínculo desde el que se bajaba la aplicación.  Más aún al entrar a la página del Censo el 17 de enero, ya la opción del eCenso offline había desaparecido.

Para completar este sin sabor, quede completamente preocupado después de leer un blog de la ingeniera colombiana Juliana Peña donde hacia un llamado de alerta a los colombianos sobre unos posibles problemas de seguridad que tiene la página del censo electrónico del Dane. En su primer blog así como en una posterior actualización, Juliana explicó las vulnerabilidades que generaba la aplicación tanto online como offline del censo, lo que me hace pensar que esa fue la razón por la que el Dane deshabilitó la opción de realizar el Censo 2018 offline además de haber aparecido el archivo como un falso positivo de una posible infección.

Lo que si me parece curioso es que Juliana, una ingeniera de sistemas colombiana que vive y trabaja en Seattle, Washington, se haya registrado para realizar el Censo que únicamente lo deben realizar las personas que están viviendo en Colombia.

Como antiguo Director General de Procesamiento de Datos del Dane lamento mucho que la parte tecnológica del Censo 2018 haya tenido problemas tanto con el censo online como el offline que han causado tan mala impresión en la opinión pública colombiana. Espero que los problemas surgidos hayan sido corregidos y que no vayan a afectar la calidad de este conteo de población. Es una verdadera lástima que una institución como el Dane que en el pasado se caracterizó como líder en computación haya llegado a fallar de esta manera, teniendo que abortar el procesamiento fuera de línea del eCenso.

Guardadas las debidas proporciones, los problemas del eCenso nos recuerdan lo sucedido con el lanzamiento del sitio de internet Healthcare.gov que comenzó a funcionar el 1 de octubre de 2013 como parte de la reforma de la salud de la administración del presidente Barack Obama. Las fallas presentadas en la implementación de este sitio en internet llevaron a que la permanencia en el cargo de la Secretaria de Salud Kathleen Sebelius fuera insostenible. Sebelius presentó su renuncia el 10 de abril de 2014.

La experiencia de estos primeros días ha mostrado que los sistemas no fueron sometidos a una prueba y que se lanzaron antes de estar listos. No solo no se contó con suficiente ancho de banda sino que la aplicación fuera de línea resultó con serios problemas que se han debido detectar cuando se probó el sistema.

En un censo uno de los procesos claves es el de monitoreo y control. En una operación tan compleja, es necesario contar con la información sobre el avance del proyecto. El director operativo del censo tiene que tener información del estado del avance de los diferentes procesos en especial el de recolección de información. Además, el público debe saber cómo está marchando la recolección; cuántos hogares, cuántas personas, cuántas viviendas se han censado. Hasta el momento esta información no ha sido dada a conocer por parte del Dane, por lo que uno puede inferir que el sistema de monitoreo y control no ha estado funcionando adecuadamente y siendo fatalista uno podría pensar que no existe.

El éxito de un censo está en asegurar una buena cobertura y en evitar que haya registros duplicados. En los censos colombianos la regla general ha sido la baja cobertura y en casos como el Censo de 1993 se presentó la duplicación de varios registros.

En los Censos por auto enumeración es importante tener un listado de las unidades censales que permita en primer lugar, enviar los formularios a la gran mayoría de los hogares que se van a censar y que permita en segundo lugar enviar a los encuestadores a censar a los que no han diligenciado el formulario respectivo.

Contar con un listado de hogares o viviendas es vital cuando se hace la auto enumeración por medio de un formato electrónico. Por ejemplo, en Canadá, la oficina de censos envía a cada uno de los hogares una Clave de Acceso Seguro, (Security Access Code, SAC, por sus siglas en inglés) para que los hogares puedan completar el formulario por internet. De esta manera se puede vincular un formulario a la dirección y a la manzana donde se ubica el hogar. Además, esta clave de acceso permite chulear a las personas que han completado el formulario para concentrarse en los hogares que no lo han hecho todavía.

En Colombia, este paso no se ha dado. Hoy no existe un archivo maestro de direcciones y no hay una manera sencilla de ligar las coordenadas geográficas con un formulario diligenciado. Debido a la falta de un SAC no es posible concentrarse en los hogares que no han diligenciado el formulario, sino que hay que hacer un barrido de todos los hogares. Para hacer el barrido es necesario inmovilizar a todos los hogares de un área lo que implica que aquel que llenó el formulario quedó en igualdad de condiciones con el que no lo hizo pues va a tener que esperar en su hogar al encuestador del Dane para mostrarle el certificado censal firmado electrónicamente por el Doctor Mauricio Perfetti del Corral.

Al mirar el número de palabras de esta entrada me di cuenta de que ya había sobrepasado las tres mil palabras y que para poder cubrir mis impresiones sobre este importante tema debería escribir otra entrada lo mas pronto posible en donde analice algunos temas relacionados con el contenido del Censo 2018 y de su efecto en el trabajo demográfico futuro para las personas que nos apasiona este tema.




[1] En realidad, por motivo de trabajo estaba exento del requerimiento de inmovilización pues por ese entonces estaba trabajando como Gerente General de la Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá.
[2] http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-255870
[3] En realidad, los países utilizan una combinación de métodos pues los hogares que no contestan la encuesta enviada por correo son visitados por censistas que realizan la encuesta. 
[4] El formulario básico utilizado por la Oficina de los Censos de Estados Unidos en 1980 se puede ver en https://www.census.gov/history/pdf/1980_short_questionnaire.pdf. Este formato era luego leído por unas máquinas de reconocimiento óptico e incorporado a la base de datos censales.
[6] http://www.eltiempo.com/tecnosfera/novedades-tecnologia/quejas-sobre-e-censo-la-plataforma-virtual-para-el-censo-2018-169668
[7] No es sorprendente que en el conversatorio de Hernán Peláez y Gustavo Álvarez Gardeazabal este último comentara que  llenar el formulario del censo en su computador pues el programa contenía un virus muy peligroso

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