La razón de la
disminución en el desempleo y la aceleración se encuentran por los lados del
gasto público.
Los profesores de
macroeconomía enseñan a sus alumnos que, en condiciones normales, para poder
bajar la inflación es necesario pagar un costo en términos de aumento de
desempleo. Esto quiere decir que por regla general los avances en uno de los
dos campos vienen acompañados de retrocesos en el otro. Esta relación inversa
entre el descenso de la inflación y el aumento en la inflación es ni más ni
menos la versión modificada de la famosa Curva de Phillips.
La evolución reciente
de la economía colombiana muestra que esta relación inversa entre el desempleo
y la inflación no solo se da en los libros de texto sino que también se da en
la práctica. En efecto, el desempleo está mostrando una disminución mientras
que la inflación ha vuelto a acelerarse.
De lo anterior se puede
concluir que no debemos buscar explicaciones como algunos lo han hecho en la
deficiencia de la entidad encargada de llevar las estadísticas sino que más
bien debemos investigar cuáles son las causas del descenso y evaluar si las
políticas que se han seguido han sido las correctas.
La razón de la
disminución en el desempleo y la aceleración se encuentran por los lados del
gasto público. Como lo han manifestado las Directivas de nuestro Banco Emisor y
algunos analistas este gobierno está terminando su mandato con un desorden
importante en el campo fiscal. El querer cumplir con todas las promesas hechas
en las elecciones en el último año de gobierno puede contribuir a que el
partido de gobierno se mantenga por otro período pero es la causa del desorden
cuando los recursos fiscales no alcanzan para cumplir este loable empeño de
mejorar la condición de los más desfavorecidos.
El crecimiento
desmedido del gasto público es algo que no puede mantenerse como un instrumento
para reactivar la economía. Como bien se sabe en una economía abierta al crecer
el gasto público se genera una revaluación real de la moneda que tiene como
consecuencia la disminución de las exportaciones y el incremento de las
importaciones. La experiencia ha mostrado que el desbalance externo en muy poco
tiempo se transforma en una crisis de balanza de pagos que lleva a tomar el
tipo de medidas que forman parte del recetario del Fondo Monetario
Internacional.
Dicho en otras
palabras, el efecto del estímulo fiscal es por su propia naturaleza de corta
duración, la disminución del desempleo no puede durar y el ajuste fiscal
necesario para corregir el exceso de demanda va a causar importantes
traumatismos en la economía. El negocio de inflar la economía a base de aumento
en el gasto público nunca es bueno pues los beneficios no solo son de corta
duración sino que siempre resultan inferiores a los costos que se deben pagar
posteriormente en términos de recesión.
El gobierno actual, que
ha tenido logros importantes en el campo económico, no debería dañar su nota
por intentar cumplir, a última hora, con unas promesas hechas hace casi cuatro
años. La mejor herencia que podría dejar el gobierno sería entregar una
economía sana sin los desequilibrios existentes actualmente.
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