Un alto funcionario del
Banco Mundial reitera la importancia del crecimiento con equidad dentro de un
marco de estabilidad macroeconómica.
El viernes anterior El
Espectador con motivo de la celebración del primer aniversario de su Diario
Económico organizó un interesante foro en el que Sebastián Edwards hizo una
presentación sobre el estado de las economías latino americanas.
El destacado economista
ahora funcionario del Banco Mundial destacó entre otras cosas la importancia de
consolidar las reformas emprendidas en toda América Latina con el fin de
lograr tres objetivos principales. El
primer objetivo que se debe buscar es mantener y reforzar el equilibrio
macroeconómico, avanzando en el proceso de estabilización. En segundo lugar, la
región como un todo debería crecer a tasas muy superiores a las actuales. Y
finalmente, pero por ello no menos importante, la región debería definir un
política social que busque disminuir la incidencia de la pobreza y que al mismo
tiempo logre una disminución de la desigualdad de ingreso entre los
latinoamericanos.
Las recetas para
alcanzar estos tres objetivos deberían resultar familiares a los lectores de esta
columna pues en repetidas ocasiones hemos expuesto la importancia de mantener
un estricto control del gasto público para poder obtener bajas tasas de
inflación. Edwards al igual que el candidato suprapartidista están convencidos
que es importante lograr una inflación de un dígito para poder asegurar un
entorno económico propicio al crecimiento.
El conferencista se
mostró preocupado por las bajas tasas de crecimiento logradas en la región.
Citó estudios del Banco Mundial que muestran que para lograr avanzar en la
guerra contra la pobreza es necesario crecer a tasas que superen el 3.4%. Para
lograr tasas cercanas al seis por ciento, Edwards recomienda aumentar el ahorro
y fomentar las exportaciones. El ilustre conferencista señaló como los mayores
impedimentos para un saludable crecimiento de las exportaciones, la revaluación
real de las monedas y el lento crecimiento de la productividad total de los
factores.
Para ponerle corazón a
las reformas y aliviar la pobreza, Edwards recomienda aumentar las tasas de
crecimiento y focalizar la intervención del estado. La inversión en educación
es para el funcionario del Banco Mundial uno de los mejores instrumentos para
lograr avanzar en la senda de la justicia social. La educación de la mujer y en
especial la de las jóvenes de la minorías étnicas puede contribuir de manera
especial pues no solo lleva a una mejor distribución del ingreso sino que puede
contribuir a unas mejores condiciones de las nuevas familias. Las mujeres educadas se convierten en mejores
miembros de familia pues pueden no solo controlar mejor el número de hijos que
deseen tener sino también mantenerlos en buenas condiciones de salud y
nutrición.
Adicionalmente, y a
manera de postre, el funcionario del Banco Mundial dejó dos temas de reflexión
importantes. En primer lugar destacó la importancia para la región de un buen
desempeño de la economía brasilera. Puso de presente que el mercado natural
para la región debería ser el Brasil y que los esfuerzos de exportación
deberían orientarse hacia allí. El segundo tema se relaciona con los flujos de
capitales. Según Edwards, los flujos de capital que están entrando a toda la
región y que han contribuido a la revaluación de la tasa de cambio no son
sostenibles a largo plazo. Esto tendría serias implicaciones para el manejo macroeconómico y requiere por lo
tanto de acción preventiva. En particular, las economías latinoamericanas deben
buscar hacer un ajuste en los déficit en cuenta corriente a niveles que sean
compatibles con una moderada entrada de capitales. Colombia, México y Argentina
entre otros deberán preocuparse por mejorar la situación competitiva del sector
de bienes transables.
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